Por tradición, casi todos estamos acostumbrados a gritar de alegría la llegada de un nuevo año: abrazos, besos, risas, brindis, lágrimas, y algunas que otras creencias nos unen todos los 31 de diciembre; también, es muy normal que en esta fecha emanan diferentes emociones y que muchos lloran de tristeza por familiares o amigos ausentes por diversos motivos.
Basándome en mis creencias religiosas, considero que lo más importante de la culminación de un año y el nacimiento de otro, es orar y pedirle a Dios que nos llene de bendiciones y de mucha salud...después de eso lo demás es ganancia (amor, éxito, prosperidad, entre otros).
En esta oportunidad, me uno al gran número de personas que coincidan conmigo en celebrar un Feliz Año Viejo 2011; me perdonan muy sinceramente los que difieran, sus razones tendrán, pero yo a pesar de que mi carrito pidió más plata de lo que nunca había pedido, que a mi equipo Cardenales lo eliminaron nuevamente e inclusive haberme caido diez minutos antes de las 12 de la noche del 31, me siento muy agradecido con Dios, por los momentos vividos del 2011.
Gracias Dios mio, eres lo maximo, te seguiremos durante este 2012. Mis bendiciones para todos!!!
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